sábado, 18 de abril de 2015

We found love right where we are.

El cielo se llenó de fuegos artificiales invisibles
durante aquellos perezosos y emocionantes días.
Una aventura con fecha de caducidad. Rutas destinadas.
Olor a combustible, las ganas, y las canciones. 

Como seres humanos siempre tenemos una primera
impresión sobre los que nos rodean. Incluso diría que
se trata de un instinto básico. Y es lógico, en todos los sentidos,
a nadie le gusta estar en peligro, ser amenazado o incluso herido.
Por lo tanto, ponemos todos nuestros sentidos en alerta, creyendo
que eso es método suficiente para mantener a las personas fuera de
nuestro espacio vital. Fuera de nuestro pequeño mundo. Lejos
de nuestra piel. Lejos de lo que nos pertenece.

Sin embargo, todo mecanismo de defensa siempre tiene una
trampa. Un enemigo. Un defecto. Un agujero. Otro sistema 
anti-defensa... Cuando día tras día descubres que las personas
que te rodean no son tan terribles como solías pensar, comienzas
a mostrar un poco de tu yo verdadero. Tu pequeña burbuja empieza
a absorber/aceptar a aquellas personas que te asustaban. Y cuando 
están dentro, tus perspectivas cambian. Y, a veces, cambian hasta tal
punto que te preguntas como pudiste pensar de aquella manera sobre
ellos. A veces, cambia hasta tal punto, que te sorprenden.

Entonces desatas a tu yo verdadero lentamente. Te adentras en el juego de
mostrarte tal como eres. Y, aunque lo niegues un millón de veces, 
nunca te encontraste tan cómodo.




2 comentarios:

  1. Gracias por volver a escribir, no sé cómo llegaste a mi feedly, pero es un placer leerte de nuevo :).

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  2. De nada Francisco... sé que no lo hago muy a menudo, y debería ponerme mucho más, pero bueno la falta de tiempo me tiene condicionado... jejeje, me alegro mucho de que me leas. Un abrazo!

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