martes, 12 de julio de 2011

I learned my lesson much too soon.

Y así comenzó. Mis amigos se fueron desvaneciendo
uno por uno hasta quedarme solamente con mi soledad.
Permanecen unos poco. No puedo quejarme. Pero...
¿Qué ha sido de aquellos que creí que serían para
siempre? ¿Hemos estado tan volcados en lo que pasa
en nuestras vidas que nos hemos olvidado de aquellos
que siempre tienen tiempo para ti?
Aún no consigo comprender, pero sí asumir, como alguien
puede dejarse llevar más por el amor, que por una buena
amistad. ¿Hemos dejado atrás nuestros principios? ¿Qué es
aquello que tiene el amor que nos hace olvidarnos de todo
lo demás?
Es cierto, yo también echo de menos a mis verdaderos
amigos. Echo de menos salir para todos lados, y ahora
puedo valorar la importancia de 5 minutos con un amigo
en cualquier lugar, aunque no tengamos nada que decir.
Dime la verdad. ¿De qué sirve decir te echo de menos
cuando no hacemos nada por remediarlo? ¿Creeis que por
decir unas palabras con sentimientos vais a arreglar ahora
de golpe lo que se tiene que cuidar cada día?
Siempre pensé que el esfuerzo empleado era totalmente
proporcional a la recompensa obtenida. Ahora entiendo
que, como muchas otras reglas, exiten las excepsiones.


Aunque no leas estas palabras que te escribo, aunque
 sean nada más que mero polvo en el viento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario