martes, 31 de diciembre de 2013

Espirales.

Los objetivos no son fáciles de cumplir, lo sé, qué me vas a contar...
la metas no son tan fáciles como uno las sueña.

Hay días es los que me arrastro por el suelo, aunque ande
sobre dos pies como cualquier otro ser humano. La luz me ciega
en vez de ayudarme a ver el camino. Y por mucho que lo intente,
mis esfuerzos culminan en vano.  Especialmente es mi corazón
el cual no duda en subirse a un carruaje tirado por caballos para
marcharse tan lejos como le sea posible.

Además, el polvo se acumula sobre mis hombros y cada vez pesa más.
Y, para echar más hierro al asunto, el viento parece no soplar en ninguna
dirección. "Sonríe, no dejes que tu sonrisa se apague"... ¿ya qué más da?

Entonces, cuando me encuentro a los pies del mundo, decido ponerlo a él
a mis pies. -Suéltalo,- me digo, -suéltalo, ya es hora-. Y dejo escapar de
mi interior toda la fatiga, la frustración, el dolor y el enfado que me causó
el fracaso. Y, cuando por fin lo he dejado escapar, y la luz se ha hecho
otra vez, respiro. Respiro ilusión, y, sobre todo fuerzas.

Una vez más, comprendo que toda meta esconde una dura labor, y
el verdadero trabajo es poder superar el desánimo. Superar las lágrimas.
Superar tus "no puedo más" y "jamás lo conseguiré". Superar el
"qué dirán", el "qué pensarán" de todo esto. Las burlas, y las risas...

"Suéltalo" y vuelve a luchar por conseguir tu meta, Quizás no la
consigas hoy, pero cada día, con tú trabajo, estarás un poquito
más cerca. ¡Ánimo!

2 comentarios:

  1. acabo de encontrar tu blog y me enamore de todo lo que escribes!
    describes perfectamente todos los sentimientos que he tenido o tengo.
    Hermosisimas palabras

    ResponderEliminar
  2. Me alegro muchísimo que encuentres un trocito de ti en mis relatos. Esto me enorgullece para poder seguir escribiendo. ¡Un abrazo y espero que sigas encontrándote aquí!

    ResponderEliminar