domingo, 1 de abril de 2012

Arriba y abajo.

Demasiados cambios. Es la mejor forma para
definir aquellos días que empiezan de una
forma y terminan de otra. Hoy me despierto
con total felicidad y a la tarde termino de
brazos cruzados con un gran enfado, y a la
noche vuelvo a sentirme bien.

Todos estos estados van variando el orden según el
día. Nunca puede mantenerse un estado de una
misma manera, así, lineal a lo largo del día. Parece
que está prohibido, que solamente tienes un
máximo de felicidad y que no puedes superar el
tope, como el límite de velocidad de los automoviles.

¿Cómo debes sentirte al final? ¿Es así de confuso?
¿Es lo inesperado lo que nos vuelve tan locos?
¿Es esto lo que vuelve los días normales más
maravillosos? ¿O totalmente al contrario?
 

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