una y otra vez con la misma piedra para darnos cuenta de
por qué demonios no la rodeamos.
Por eso mismo esperamos siempre algo de alguien. Esperamos
muchas cosas de la gente. Una llamada, un gesto, una palabra,
un acto... esperamos porque pensamos que la gente actuarácomo nosotros lo haríamos.
Es un error. Pero como ya dije: somos cabezotas. Todos tropezamos
una, y otra, y otra vez con la misma piedra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario