A veces pega de verdad, pero es un puño que no duele.

Hay amistades que siempre han sido misteriosas y
muchas veces estan condicionadas a seguir un mismo
patrón. Hoy me quedo en tu casa a dormir. Mañana te
quedas tú en la mía. Pasado vamos juntos a este lado,
luego vamos a aquel otro; tú me ayudas en esto, yo te
ayudo en aquello; te invito a comer, me invitas tu;
y así sucesivamente en muchos ambitos cotidianos.
Ahora bien, después de un tiempo, se activa una especie de
mecanismo que, por alguna razón impredecible, hace
que cada uno siga su camino, o simplemente se
alejen, enfriandose la amistad y creciendo la añoranza.

Ese mecanismo puede ser, desde unas importantes palabras,
a unos hechos absurdo, donde lo absurdo puede deshacer
aquello que toca, cuando pensabamos en un principio que
nuestra amistad era titanio. Y claro, al final encuentras
otros amigos, y una vez más se vuelve a repetir el bucle,
hasta el punto en que piensas que no puedes hacer nada para
evitarlo.

En suma, esto nos lleva a plantearnos una serie de preguntas
como, ¿la amistad no es más que un intercambio de intereses?
¿Por qué ya no se acuerda de mi, me habra borrado de su vida?
¿Ya no me llama? ¿Dónde estas que hoy te necesito?
Y volveremos a pasar por las preguntas, la extrañeza, el rechazo
y la resignación antes de volver a continuar nuestra vida.

Al fin de cuentas,solamente te das cuenta de que has roto el bucle
cuando logras contar con los dedos de la mano aquellas personas que
nunca se han ido y continuan en tu realidad. Entonces y solo entonces
podrás romper el domo 'la amistad es un intercambio de intereses'.