martes, 28 de febrero de 2012

Asignatura Pendiente.

Recuerdos. Recuerdos que aprietan, pero no ahogan.
Muchas veces apretan tanto que las estelas de mar
nacen en tus ojos, y terminan en tu boca. Puede ser
aquello que no podemos creer y que a su vez hemos
vivido. Recuerdos que rascan barrigas. Recuerdos
que te ganan el pulso. Recuerdos que roban sonrisas.
Recuerdos que angustian. Recuerdos recordables.
Recuerdos que queremos quemar y no podemos.
Recuerdos que te atacan a las 17:00 pm de un lunes
cualquiera  dentro de una carpeta escondida.
Recuerdos a los que cada día intentamos hacer frente.

Peleamos cada día con esos pequeños fragmentos de
vida y sin embargo, nos aferramos a otros con fuerza.
Pero ahí está la verdadera importancia, ¿no? De los
recuerdos se aprende. De los recuerdos te haces fuerte.
De los recuerdos lloras de emoción, y de los recuerdos
escarmientas. No podemos hacerlos desaparecer
intoduciéndolos dentro de uns chistera, pero en cambio
tenemos el poder de elegir aquellos que disfrutamos
contando un martes cualquiera a las 19:00 de la tarde
en cualquier garito de una calle cualquiera. Donde las
estelas se cambian por sonrisas.

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