viernes, 20 de mayo de 2011

Norma de vida.

Los buenos momentos son así, fugaces.
Recubren todo tu cuerpo hasta llenar
con cada gota de su valentía el más pequeño
rinconcito. Sin embargo, cuando la fuente
que suministra esos pequeños detalles deja de
hacerlo, estamos completamente perdidos.
Y de repente aparecen. El miedo, la inseguridad,
el dolor, la angusta, la tensión...
Es como si todas ellas estuvieran esperando
justo el momento de su entrada al escenario
de tu vida. Te voy a decir una cosa: estarán
ahí incluso en el día de tu muerte. Así que
procura que desaparezcan el mayor tiempo
posible. Cierrale la puerta y a otra cosa.
Y deja que se ahoguen en sus propios llantos
mientras tu te ahogas en tu propia felicidad.

1 comentario:

  1. jope! con el niño!
    que se me está haciendo todo un sentimental, cuanto te quiero?Lo adivinas?(:
    yo quiero que me dediques algo!(L)

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