martes, 14 de diciembre de 2010

Y cuidaré todo lo que me regalas.

La cama esta noche está más fría y arrugada que de costumbre.
La almohada ha terminado por calentarse por ambos lados sin
quedar ni una sola zona fría. Hoy creo que no puedo hacer otra
cosa que echarte de menos, dar un par de vueltas más y volver
a intentar recobrar el sueño.
Es cierto que uno nunca está tranquilo cuando piensas que
otra persona está en un sitio muy lejos de ti y no sabes las vueltas
que puede dar todo. Asusta. Pero es gratificante saber
que donde quiera que esté ha pensado en ti al menos un segundo
y todavía más que se lo esté pasando muy bien. Sobre todo
que se lo esté pasando muy bien. Pues echar de menos es una
cosa y conocer mundo es algo maravilloso.
Esto ocurre porque son muy pocas las personas que encuentres
con las que llegues a conectar de verdad en este mundo, y por eso
y muchas más razones debes conservarla siempre y no dejarla
escapar. Esas personas son limitadas y únicas.
Creo que por eso te echo de menos y no paro de dar mil
y una vueltas más sobre esta enorme cama.

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