domingo, 21 de noviembre de 2010

Mi mejor amiga.


Hubo un día lejano que es difícil recordar, pero que sabes
que existió con toda seguridad. Hubo un día en que te conocí
de imprevisto, porque estaba previsto por el destino. Soy capaz de
entender que hay muchas cosas que pasan por delante de mi y la
mayoría de ellas no las tomo enserio. Las dejo pasar. Pero
cuando te vi y sentí una gran sensación por dentro supe que
esta sería de una de las cosas de las que te hablaba, una de las
cosas que no puedes dejar pasar. De las que tienes que estirar
la mano y agarrarla tan fuerte como puedas.
Ese mismo día no lo pensé, pero al paso del tiempo descubrí
que esto era como una droga, que ya no podía desprenderme de ti.
Sin embargo eras la droga más buena que había encontrado nunca.

El tiempo muchas veces te arroja a barrancos y te hunde hasta donde
sus fuerzas alcanzan. Pero siempre esta ella vigilándome sea donde sea
para no dejarme caer nunca. Y si caigo, ella rápidamente pone su
alma y corazón para sanarme. Siempre me escucha y suelo pensar que
estará harta de mi porque debo hablar demasiado, pero ella siempre
me dice: 'soy todo oídos'.
Tiene lo que hace falta para secarme las lágrimas, llenarme por dentro
y volver a sacarme el valor que tengo escondido. Me convierto en todo
un guerrero cuando me alienta y puede convertirme en polvo con solo
unas pocas palabras.
Por pensar, he pensado que gracias expresamente a ella me he transformado en mejor persona.

Aunque no lo hago en cada instante, aunque no te agradezco constantemente
las cosas que haces por mi, y me paro a pensar que no es considerado, hoy te digo que eres el ángel más hermoso que existe.
Muchísimas gracias por todas nuestras cicatrices, y todas nuestras sonrisas
y recuerdos. Gracias por ser el ángel que está a mi lado siempre, siempre, siempre.
Me muero por decirte que me muero por decirte que te quiero.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario